5.4.12

∂ Todavía sigue tu recuerdo bajo mi piel.

A estas alturas, ahora que ya casi soy capaz de no echarte de menos cuando te tengo enfrente. Ahora que nuestras miradas dicen todo lo que nosotros nos habíamos estado callando, por mucho que quemase por dentro. Sí, ahora, que ya no le guardo rencor al tiempo por correr tan deprisa algunas veces y tan despacio otras tantas. Que no me duele tanto cada kilómetro que separa tu mano de la mía, cada segundo que te aleja más de mi memoria, cada recuerdo que injustamente te asalta en el peor de los momentos. Ahora que te miro y sé que francamente deseo que encuentres la felicidad, sin mí. Ahora, que por fin he podido aceptar que seguramente las cosas pasan por alguna razón, por absurda que ésta sea a veces, por doloroso que resulte el cambio. Ahora que sé que por mucho que puedan llegar a cambiar las cosas, nunca voy a olvidar tus dulces ojos, y que saberlo ha dejado de doler.