26.12.11

∂ Esa maldita sonrisa.

Esa que tanto has podido llegar a odiar sin darte a penas cuenta. La misma que te hizo tan feliz. La misma que te crea ese nudo en la garganta cada vez que llega sin permiso a tu memoria. E intentas odiarla más, pero parece imposible. Y es tan irónico, intentar odiar algo que tanto has querido. Y por mucho que seas capaz de odiarla sigues echándola en falta cada noche en que te preguntas qué fue lo que falló. Preguntas que nadie responderá, llega un momento en el que es demasiado tarde. Y sólo puedes dejar que pase el tiempo, que todo lo cura. Y no te equivoques, jamás olvidarás esa sonrisa. Jamás le olvidarás. Simplemente aprenderás a vivir sin él. Y cuando menos te lo esperes, llegará un día en que los recuerdos dejarán de doler.