29.2.12

∂ Dulces recuerdos de un sabor amargo.

¿Sabes? Es un alivio que los recuerdos dejen de doler, sí, pero es horrible el miedo a olvidar todo aquello que te hizo sonreír. Porque poco a poco irás recordando menos, pero volverás a verle y, te lo aseguro, no será fácil. A veces una mirada, un perfume, pueden llevarte por unas milésimas de segundo al pasado. No sé como explicarte lo que sentirás entonces, es una especie de nostalgia que duele más que la tristeza, y que a la vez te hace feliz. Es añorar esa felicidad, echar en falta cada recuerdo, cada simple e inútil gesto, incluso la forma que tenía de hacerte sonreír.